Usar el mundo es vivir en él, tratarlo conscientemente, jugar en él, bailar con él y usarlo como una herramienta para encontrar el punto donde la diversidad se une. La ley del mundo es movimiento, la ley del medio es descanso. La vida en el mundo es movimiento, actividad, danza. Nuestra vida es una danza constante en el medio, un círculo constante del invisible al que le debemos nuestra existencia, como el círculo. Vivimos desde el centro, aunque no podamos percibirlo, y lo anhelamos. El círculo no puede olvidar su origen, nosotros también deseamos el paraíso. Hagamos lo que hagamos, lo hacemos porque buscamos un centro, nuestro centro, el centro.